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La mediación para la cohesión en la empresa familiar

Cómo funciona el proceso en detalle

La mediación para la cohesión no es una terapia familiar. Su objetivo es que la familia actúe como un equipo sólido, tanto en lo personal como en lo empresarial, mediante la mejora de la comunicación y el logro de acuerdos.

En las primeras sesiones, se exploran las percepciones individuales sobre lo sucedido:

  • ¿Qué ha pasado?
  • ¿Cómo lo ha vivido cada uno?
  • ¿Qué les preocupa?
  • ¿Qué les gustaría resolver?

El conflicto, normalmente, surge por desacuerdos familiares o empresariales. Sin embargo, lo que realmente lo agrava es el deterioro de la relación y la falta de confianza, que impide que la familia lo resuelva por sí misma.

Por eso, el conflicto también puede ser una oportunidad para mejorar la comunicación y restablecer el equilibrio en las relaciones familiares, muchas veces afectadas por crisis personales o empresariales.

Una vez que se ha superado el malentendido y cada parte ha sido capaz de legitimar sus intereses y los de los demás, se pasa a una fase de búsqueda creativa de soluciones conjuntas. En este momento se puede invitar a un experto fiscal o mercantil para aportar una opinión técnica y así concretar el acuerdo.

El resultado se formaliza por escrito en un acta de mediación. Si se eleva a escritura pública ante notario, adquiere fuerza ejecutiva de sentencia, de acuerdo con la Ley de Mediación en Asuntos Civiles y Mercantiles (2012).

Obstáculos que hay que superar para iniciar el proceso

El mayor reto es dar el primer paso. Ante un conflicto, la familia suele acudir a su asesor de confianza, quien puede ayudar con temas técnicos o estructurales, pero no está capacitado para mediar en conflictos relacionales.

Es fundamental que las familias empresarias comprendan que, cuando el conflicto afecta a las relaciones entre varios miembros, deben acudir a un mediador profesional. A veces el contacto lo inicia un miembro de la familia, pero también puede hacerlo un consejero, el director financiero o un asesor cercano que conoce los beneficios de la mediación.

Uno de los principales obstáculos es que, aunque la familia reconozca que necesita ayuda, no siempre está dispuesta a recibirla. Existe cierta resistencia o vergüenza cuando se mezclan lo personal y lo empresarial.

Otro reto importante es la desconfianza hacia terceros. En cualquier conflicto hay al menos dos partes, y no todos están igual de abiertos al proceso. Por eso, una de las claves del mediador es construir la confianza de todos los implicados.

Mi trabajo como mediador es buscar el beneficio de la familia y de la empresa, sin alinearme con una parte específica. Lo que busco es que todos se sientan cómodos con el acuerdo y que todo funcione mejor.

Beneficios de la mediación para la cohesión

Los beneficios son muchos, pero los más destacados son:

  • Recuperación de la comunicación fluida, lo que permite hablar de todos los temas sin miedo ni evasiones.
  • Resolución del conflicto concreto que llevó a iniciar el proceso.
  • Prevención de conflictos futuros, ya que se identifican y abordan temas latentes que podrían estallar más adelante.
  • Fortalecimiento de la cohesión y relación familiar que contribuye a que mejore la capacidad y las ganas de funcionar en equipo.

En resumen, la mediación para la cohesión permite ordenar, sanar y fortalecer tanto la dimensión relacional como la organizativa de la familia empresaria.

El rol estratégico de la familia en el negocio

En muchas empresas familiares, la variable «relación familiar» no se considera un factor clave en la gestión del negocio. Esto puede deberse a la percepción de que la familia y la empresa son compartimentos estancos o bien a que las dinámicas familiares son impredecibles y difíciles de gestionar. Sin embargo, ignorar esta conexión puede tener consecuencias importantes para la sostenibilidad de la empresa y la armonía familiar.

La relación de la familia con el negocio

Es fundamental reconocer que la «relación de la familia con el negocio» es una variable que puede y debe trabajarse con la misma seriedad que cualquier otro indicador empresarial. Esto se logra a través de:

  • Espacios de reflexión familiar: Foro pedagógico que permita definir una estrategia familiar compartida en torno a la empresa.
  • Profesionalización de las relaciones familia – empresa.
  • Creación de estructuras claras de gobernanza y dinámica en el Consejo de Familia.
  • Dinamización del Consejo de Familia para que los accionistas, presentes y futuros, compartan un espacio de cohesión y alineamiento de la estrategia.

Los conflictos familiares suelen surgir cuando se bloquea la comunicación.

Es falso pensar que «el tiempo lo soluciona todo». En realidad, el tiempo tiende a convertir las tensiones en conflictos mayores.

Trabajar de manera proactiva en la comunicación y la gobernanza familiar es clave para prevenir estos problemas y garantizar la armonía.

Introducir la variable familiar en la estrategia empresarial

Es recomendable considerar la «relación de la familia con la empresa» como una variable estratégica. Ignorar este aspecto puede ser tan peligroso como desconocer lo que hace la competencia. Si no se aborda, es probable que surjan problemas inesperados.

Al incluir esta variable en los análisis y planes, se pueden generar beneficios tangibles, como:

  • Mayor compromiso de la familia con la empresa.
  • Respeto por el legado construido.
  • Orgullo de pertenencia.
  • Armonía y cohesión familiar.
  • Mejor calidad en la comunicación.
  • Apoyo al liderazgo de la compañía.

Empresas familiares: un camino hacia la continuidad

Las empresas familiares que buscan trascender generaciones ya están trabajando en estas áreas. Dinamizar la relación familia-negocio y profesionalizar la gobernanza no solo fortalece la continuidad del negocio, sino también asegura que el legado y los valores familiares perduren.

La clave está en reconocer el rol estratégico de la familia como un pilar fundamental para la continuidad de la empresa.